La escena causo gran conmoción entre los demás aficionados que acudieron al estadio y es que el grupo de aficionados del equipo de fútbol que portaba el ataúd burló todos los controles de seguridad de la policía y se presentaron con Cristopher Alexander Sanguino, que así se llama el fallecido, en plena grada del estadio.
Los altos mandos policiales de la ciudad de Cúcuta (Colmbia) ordenaron de inmediato abrir una investigación para establecer que agentes permitieron la entrada del féretro.
Esta manera de cumplir con la última voluntad de los seguidores más fieles de los equipos de fútbol no es nueva. En España se vivió algo parecido hace años con un aficionado del Betis. Allí un fallecido le dijo a su hijo que quería seguir viendo a su Betis y que cada temporada renovase su abono. Como las medidas de seguridad no le permitían al vástago acceder al estadio con la urna de las cenizas de su padre, el Betis le permitió dejarlas en una de las dependecias del estadio verdiblanco.
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