Graham Waspe, un británico ciego, quedó devastado cuando su fiel perro Edward que lo había ayudado a trasladarse durante los últimos seis años, perdió la vista. Así que, decidido a no perder la compañía de su amada mascota, compró un nuevo perro lazarillo para que sea los ojos de los dos.
"Mi esposa y yo lloramos cuando supimos que Edward perdería la vista, pero estamos determinados a seguir cuidando de él", explicó Graham de 60 años. Edward y Opal, el nuevo integrante de la familia, se llevan muy bien y pasan juntos también sus ratos de merecido descanso.
Edward, de 8 años de edad, es un perro muy saludable fuera de su problema de visión y gracias a la ayuda de Opal sigue llevando una vida normal. El inusual trío recorre las escuelas recaudando fondos para la organización Guide Dogs.
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