Alguna vez te habrás preguntado por qué lloras cuando picas cebolla. Al cortarla, se rompen sus células y se libera una enzima llamada alinasa, que genera una serie de reacciones químicas. Entre ellas, produce propanotial, una sustancia rica en azufre y soluble en agua que impregna rápidamente el ambiente y, al tomar contacto con nuestros ojos, provoca irritación y nos hace llorar.
¿Hay alguna solución? Existen algunos trucos que ayudan a hacer más placentera la tarea de picar cebolla. Aquí van algunos:
1. Usar un cuchillo bien afilado
Picar la cebolla con un cuchillo bien afilado garantiza que el corte de los tejidos sea más rápido y limpio, lo que libera menos sustancias que provocan irritación. Haz la prueba.
2. Cortar la cebolla dentro de un traste con agua
Puede resultar incómodo, pero es lo más efectivo, porque todas las reacciones químicas suceden bajo del agua, lo que impide que los vapores lleguen hasta nuestros ojos y nos hagan llorar.
3. Colocar la cebolla en el congelador antes de cortarla
Con sólo unos minutos de frío, la acción de las enzimas se hace más lenta y se retarda la volatilidad de las sustancias que irritan los ojos, lo que nos da un poco más de tiempo de ventaja para picar la cebolla sin lagrimear.
4. Lavar la cebolla con agua
A medida que se corta la cebolla, se puede lavar con agua fría para eliminar parte de las sustancias ricas en azufre que provocan la irritación. No evita el lagrimeo, pero lloramos menos.
5. Usar anteojos o un visor de buceo
En la web hay a la venta unos anteojos especialmente diseñados para picar cebolla. A diferencia de los anteojos comunes, tienen una capa de espuma que aísla completamente los ojos de los vapores de la cebolla. Se consiguen a 22 dólares acá. Si no quieres entrar en gastos, unos lentes pueden ser un buen reemplazo.
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