Sin lugar a dudas la historia estrella de este tipo de casos es la de Craig Shergold, un niño inglés de siete años al que se le diagnosticó un tumor cerebral terminal hace años; esta es una historia real que ha quedado completamente fuera de control.
Craig declaró a un periódico de su localidad natal que... le encantaría recibir postales deseándole una pronta recuperación de todos sus amigos. Como a los periodistas todo lo que sea lágrima fácil les encanta, pronto sucedió lo siguiente:
-Craig aparece en el Libro Guinness de los Récords de 1992 con una colección de 32 millones de postales. (esta categoría acabó porque se eliminó del Libro Guinness para evitar casos similares).
-Craig fue operado con éxito de su tumor en 1991, que se encuentra perfectamente bien y en la actualidad tiene 19 años.
- Craig sigue recibiendo varias sacas de correspondencia al día.
- La correspondencia va directamente a una planta de reciclaje de papel o a coleccionistas.
- La oficina de correos de su pequeña ciudad no está tan contenta con el resultado de la petición de Craig. Tres personas a tiempo completo se ocupan únicamente de recibir y distribuir la correspondencia que le llega a Craig.
- A pesar de todos los intentos que se han hecho para detener esta locura, Craig seguirá recibiendo postales hasta el día en que muera y seguro que sus nietos seguirán leyendo postales.
Lo más triste de este tipo de historias es que varios voluntarios de organizaciones contra el cáncer se han visto muchas veces empujados a trabajar colocando postalitas para niños que ni siquiera existían.
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