Una petición... de reconciliación de última hora, amenazas e insultos a amigos... como el propio servicio de correo asevera, son muchos los mails que se envían basándose en un impulso pasajero y que más tarde pesan en la conciencia.
A sumar, restar y multiplicar para serenarse
Para evitar esta práctica, Gmail quiere asegurarse de que en el momento de enviar el correo, el usuario está en pleno uso de sus facultades. Por eso, al clickar el botón de enviar, salta en la pantalla del ordenador una serie de simples problemas matemáticos que el internauta ha de resolver antes de que el mail se envíe.
Si una vez finalizadas las cuentas, una vez más tranquilo el usuario, todavía se desea enviar el correo, este saldrá al ciberespacio sin ningún impedimento.
Por el momento, Gmail sólo habilitará esta opción durante las noches del viernes y del fin de semana, los momentos más 'débiles' y en los que el usuario más necesita de este control, según la compañía.
Sin embargo, si se desea un control permanente, la opción puede habilitarse fácilmente en la pestaña de opciones.
Vía EcoDiario
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