
No se sabe cómo esta gata sobrevivió durante cinco años ni cómo recorrió 1.800 millas, unos 2.900 kilómetros, hasta llegar a Nueva York.
Ha sido gracias al microchip que le implantaron a la gata Willow cuando era un cachorro, que su familia podrá volver a tenerla en casa sana y salva.
"Hay muchísimos coyotes y búhos por aquí", cuenta Jamie Squires, el dueño del animal. "Pensamos que algún coyote se la habría comido", añade. Explica también que cuando recibió la llamada del departamento de Cuidado y Control de los animales en Nueva York se sorprendió mucho.
Hasta que Willow llegue a Colorado, se quedará en una familia "adoptiva" en la gran ciudad.
"Los niños están muy contentos de saber que va a volver", dice Squires, "todavía tenemos su calcetín navideño".
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